431.- Y sin pararnos más a hacer fotografías, por el aguacero, llegamos a Ricabo.
423.- Bajando con fuertes pendientes por las revueltas de Garrafe hacia Ricabo.
430.-
429.- Encontramos unos sondeos de acuíferos.
428.-
427.- Apurando el paso camino de Bueída, pues unos nubarrones se acercaban.
«Villamarcel; salimos a las seis, caminando al poniente; se ve en la falda opuesta el lugar de Villajime, bien cultivado y frondoso, y luego a la de acá Villanueva, que es de la parroquia de San Vicente de Nimbra. Esta iglesia se halla al paso, cerca de donde se vuelve a encontrar el camino real que viene por la orilla del río. A la opuesta, Ricabo, lugar de muchos prados; treinta vecinos. Se ve abajo el puente para pasar, y a la parte de acá algunas tierras de labor y bellísimos prados; al frente, y como cerrando la salida occidental del concejo, la Peña de Parada, alta, escarpada y arenisca, como todas las alturas de este concejo a la misma parte... Antes de empezar las famosas revueltas (Garrafe)... Subida penosísima; lo fue más por habernos cogido una copiosa lluvia. En lo alto de las revueltas se ve la gran cañada y montes que describen el concejo de Teverga. Ermita de Nuestra Señora de Trobaniello. El puerto alto, de excelente suelo, y donde se pudiera hacer un buen camino veraniego. A fuerza de subir y dar vueltas, se dobla la Peña de Parada, y sigue buen camino hasta encontrar el de Teverga, que se une en la garganta misma que hacen las alturas, y en una bajada, que acaso tomó el nombre de Ventana, acaba Asturias...».
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