14/5/12

Monasterio de Corias

El Monasterio de San Juan Bautista de Corias, también llamado el Escorial Asturiano, es un complejo monumental que se encuentra en la localidad  de Corias, en el concejo de Cangas del Narcea. Está situado en la margen derecha del río Narcea.
Fue fundado en 1032 gracias a los esfuerzos de los condes Piniolo Jiménez y Aldonza Muñoz y pasó a ser ocupado por monjes benedictinos. Arias Cromaz, familiar de Piniolo Jiménez y Aldonza Muñoz, fue el primer abad del monasterio quien lo gobernó durante diecinueve años antes de convertirse en obispo de Oviedo.
Puente sobre el río Narcea
La construcción del monasterio antiguo comenzó en el año 1022 y se prolongó hasta el 1044. Al año siguiente se estableció allí la comunidad de benedictinos y se hicieron las escrituras. El dominio coriense llegó a tener bajo su potestad hasta 25 monasterios. Su influencia y poder fueron aumentando paulatinamente hasta 1481, en que llegan los abades comendatarios. Más tarde, en 1535, pasa a anexionarse con San Benito de Valladolid por prescripción papal. Durante el período de las abadías comendatarias se registra una cierta recesión de las riquezas monacales. En 1835, cuando la desamortización de Mendizábal, son exclaustrados los benedictinos, y en 1860 llegan a Corias los dominicos, siendo su primer abad José María Larroca, que posteriormente sería General de la Orden.
Entre los siglos XII y XIII alcanzó su máximo esplendor, llegando a poseer tierras en la mayor parte del occidente de Asturias e incluso de León.
A lo largo de los siguientes siglos fue sufriendo diversas modificaciones y añadidos. En 1773 tuvo que ser reconstruido en su mayor parte debido a que sufrió un grave incendio en el que solo quedó en  pie la iglesia. Las obras, dirigidas por Miguel Ferro, maestro mayor de la catedral de Santiago de Compostela,  dispusieron las dependencias del edificio, de estilo neoclásico y planta rectangular, alrededor de dos patios, con la iglesia situada en uno de sus laterales.
La reconstrucción se hizo en torno a un gran patio que en uno de sus crujías engloba la iglesia. Hacia el exterior, también queda oculta la primitiva fachada del templo y todo se desarrolla como un apaisado telón de amplios vanos, sólo diferenciado en los dos extremos por sendos núcleos formados por tres calles de pilastras poco salientes, con hornacina y un santo, uno ante la puerta de acceso al monasterio y el otro ante la iglesia.
En 1593 se edificó una nueva iglesia que, al salvarse del voraz incendio de 1773, es la parte más antigua conservada. El resto del edificio fue construido durante el siglo XVIII y forma un gran bloque neoclásico.
En una de las capillas laterales se guarda el Cristo crucificado, considerado como la más valiosa joya del monasterio. Se trata de una talla románico-bizantina, del siglo XII, que ya perteneció al antiguo cenobio y que presenta cuatro clavos -dos en manos y dos en los pies- (y no tres como estamos acostumbrados a ver en tallas de siglos posteriores).
A sus pies hay tallada una calavera, en tosco estilo sobre madera, a la cual se le atribuye la curación del “mal genio”, según la superstición popular. Desde muy antiguo, las gentes de la comarca bajaban a este lugar a sus hijos para que diesen la “cantada”, es decir, golpeasen con la cabeza contra esta calavera; cuanto más fuerte se diera, tanto mejor.
Retablo principal barroco bellamente tallado con variadas escenas de la Historia Sagrada.
Existe una amplia sacristía rectangular que recuerda en cierto modo a la de El Escorial. En la sacristía se conserva otro retablo de construcción posterior (s. XVIII). También guarda la sacristía unos bajorrelieves tallados en madera y bellamente policromados. Es destacable, al propio tiempo, el gran conjunto de cajonería de nogal. Se conserva también una tabla con una cabeza de Cristo atribuida a Leonardo da Vinci; o cuanto menos procedente de su taller.

El proyecto de recuperación del Monasterio de Corias tiene como principal objetivo potenciar la diversificación económica que el turismo supone para el concejo, caracterizado por las Reservas de la Biosfera y las producciones agroganaderas y vinícolas de calidad.
En las antiguas caballerizas del monasterio se encuentra el Centro de interpretación del Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.

Instalaciones del Centro de interpretación del Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.
Se ha restaurado un antiguo molino de fuerza animal para producir chocolate que se encontraba en las caballerizas.

En la actualidad el monasterio está siendo rehabilitado como Parador Nacional, el tercero de Asturias. 
Tras las sucesivas adaptaciones del proyecto original por el hallazgo de restos de la primitiva iglesia del monasterio del siglo X, y la necesidad de reubicar a los Padres Dominicos, el Parador de Corias se estima estar acabado para finales del año 2012.

Vino de la Tierra de Cangas. La presencia de vid en la zona se remonta al siglo IX. Las favorables condiciones climáticas y edafológicas de los diferentes concejos que componen la Indicación Geográfica los hacen adecuados para su cultivo.
Los viñedos cangueses se distribuyen por las empinadas laderas de los valles que circundan la capital del concejo. Sus viejas cepas de mencía, albarín, carrasquín, verdejo tinto… son cuidadas con esmero por los viticultores de la zona

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